

CREER NO ES SABER
JUAN MANUEL RODRÍGUEZ
Exposición del 23 de septiembre al al 12 de noviembre de 2022
El 23 de septiembre, Juan Manuel Rodríguez, presenta en Domo Arte Contemporaneo «Creer no es saber», su primera muestra individual en la galería:
No hay que ser muy inteligente para intuir que la medicina en el siglo XVII era mucho más deficiente que la medicina actual. Pero ¿es acaso la obra de Velázquez peor que la que se hace en el siglo XXI? El arte es caprichoso y a diferencia de otros campos, como la medicina, la ingeniería, la ciencia o incluso la artesanía, el arte no evoluciona cualitativamente a través del conocimiento colectivo. En el arte, el conocimiento ha servido para ampliar los modos de hacer arte (arte digital, videoarte, nuevos pigmentos, etc.), pero no para mejorar su calidad. El caso de la pintura negra ‘Perro semihundido’ de Goya creo que resulta bastante revelador. Una obra que había propiciado multitud de profundos análisis metafísicos, psicológicos y por supuesto artísticos, debido a que el perro estaba mirando hacia arriba, hacia la nada (¿por qué miraba hacia ahí? ¿qué estaba intentando decirnos Goya?). En 2022 a través de una antigua fotografía de Jean Laurent en la Quinta del Sordo, se desmontaron todos esos análisis, ya que se comprobó que lo que miraba aquel perro originalmente era un pájaro (desaparecido por el deterioro de la obra). El poder del creer y no del saber en sí fue lo que propició aquellos debates, que se reflexionara sobre dicha pintura durante tanto tiempo.
En ‘Creer no es saber’, Juan Manuel Rodríguez (Málaga, 1979) establece una conexión no lineal entre las obras expuestas. En el recorrido planteado por el artista se desmonta la idea de pintura como cuadro, esa idea estática, poco vibrante y limitada que en ocasiones se tiene de la pintura. Alterando esa idea de pintura como cuadro, el espectador cae en el perspicaz juego de Juan Manuel Rodríguez, creyendo saber lo que realmente no sabe, evidenciando que lo realmente importante en el arte no es lo que se sabe de la obra que miramos, si no lo que esta es capaz de hacernos creer.
Como decía, en ‘Creer no es saber’ no es posible una lectura literal mediante la que conectar las obras que conforman el proyecto expositivo. En ellas se entremezclan alusiones autobiográficas, referencias artísticas y diferentes intereses eclécticos del artista. Esta disociación temática ayuda a que el espectador se mantenga alerta, buscando más allá de una superficie plástica para intentar entablar otras conexiones. Una vez superada esta superficie de la literalidad, comienzan a entreverse otros elementos que emergen poco a poco, con los que sí que es posible llevar a cabo ciertas conexiones entre las diferentes obras. Hay una dicotomía inquietante en las obras de Juan Manuel Rodríguez. Y es que, a pesar de una impecable figuración realista, en sus obras prevalece la intriga, el misterio, el desconcierto de desconocer lo que realmente ocurre en ellas. Una incertidumbre que sirve como conexión, no sólo entre las diferentes obras, sino entre la obra y el espectador. Y dicha relación no se establece a través del conocimiento o del saber, sino más bien de todo lo contrario, del creer o del creer saber.
Asimismo, hay una idea que Juan Manuel Rodríguez deja patente en ‘Creer no es saber’ y es que, a pesar de todas las posibilidades y formas que tiene la pintura de manifestarse y de pensarse (desde su carácter objetual, matérico, artístico, técnico, representativo, etc.), sólo hay un modo de acercarse verdaderamente a ella, y es entendiendo la pintura como fenómeno. Un fenómeno que se origina en el estudio entre el lienzo en blanco y el artista y que culmina con la mirada vacilante del espectador.